sábado, 15 de junio de 2013

Caricatura política mexicana siglo XIX

Caricatura política mexicana del Siglo XIX

Escrito por Anayeli García   
Jueves 01 de Marzo de 2012 18:40
A principios del siglo XIX la caricatura política se convirtió en un instrumento para interpretar la vida pública que a la prensa mexicana le permitió expresar, argumentar y confrontar ideas; mientras que a los lectores les abrió la posibilidad tener una válvula de escape de las presiones cotidianas, coincidieron especialistas.


Durante la presentación del suplemento Caricatura política mexicana Siglo XIX, editado por la revista Zócalo, los historiadores Fausta Gantús y Agustín Sánchez, lamentaron que aunque la caricatura ayuda a descifrar la realidad de una época, aún faltan autores, libros y caricaturistas que investiguen y escriban sobre este tema. 

En la presentación de esta publicación en la 33 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, el historiador Agustín Sánchez afirmó que en la medida en que busquemos la caricatura entenderemos lo que somos. “De repente creo que hemos caído en la risa fácil y nos quedamos ahí, –ya fue la crisis, ya nos devaluaron, ya nos reímos y se acabó–, pero creo que es importante estudiar la caricatura porque es quizás lo más cercano a la realidad”.


El investigador explicó que el caricaturista tiene que hacer su trabajo hoy, para este momento y aunque se puede equivocar, la realidad que plasme será lo que está pasando porque, aún equivocándose, el lenguaje periodístico del caricaturista a lo largo del tiempo se convierte en un lenguaje histórico que permite conocer esa realidad.
Agregó que en el lenguaje plástico y estético de la caricatura radica su éxito toda vez que si no entendemos el dibujo que está ahí no importa porque pese a ello el tema nos impacta, tal como sucede con El Nacimiento de Venus o La Primavera, dos obras del pintor italiano Boticcelli.“Hay un margen estético, periodístico, psicológica que nos permite entender un país y un mundo, por eso es tan importante conocerlo”.  

Finalmente celebró la presentación de esta publicación al afirmar que estos textos son una forma de conocer la caricatura, y por tanto de adentrarse en el significado de este país, entender lo mexicano y el nacionalismo, ver imágenes que nos hacen reír, conocer la ciudad y las costumbres en el siglo XIX, observar a políticos como Benito Juárez y sorprendernos al entender la historia de una forma distinta.
   
Al respecto la también historiadora y coordinadora de este suplemento, Fausta Gantús, señaló que la caricatura es un instrumento de interpretación de la vida política que, de forma intencional, responden a una línea editorial. Afirmó que si bien no es un medio de venganza, si es un instrumento de participación política. 

Argumentó que la caricatura es un elemento para decir y contestar. “Vemos una caricatura, por ejemplo de Felipe Calderón, y nos reímos porque no podemos ir y reclamarle de manera directa. No tenemos forma de interactuar con el poder como ciudadanos y la caricatura da esa posibilidad, lo que resulta fundamental para entender a las sociedades”.

También precisó que de acuerdo con la investigación realizada por los autores, la caricatura política formó parte de las publicaciones periódicas a lo largo de la primera mitad del siglo XIX y consolidó su presencia e importancia en la segunda, fue así que a través del tiempo, la imagen satírica ha sido utilizada por la prensa mexicana como vehiculo para expresar y arma para atacar, ha servido por igual, a personas, partidos, lo mismo para difundir, luchar, obtener poder, destruir al adversario, que expresar opinión o descontento. 

Por su parte, Carlos Padilla Ríos, director de la revista Zócalo, señaló que este suplemento tiene el objetivo de hurgar en el desarrollo de la caricatura que desde el siglo XIX se convirtió en un medio de critica satírica que exhibió personajes públicos como Antonio López de Santa Anna, entonces presidente de la República mexicana; o bien, Bernardo Reyes, secretario de Guerra y Marina durante el Porfiriato.

Explicó que a través de siete artículos escritos por Laurence Coudart, Helia Bonilla, Mónica González, Mónica Morales, Alejandra Sánchez, Esther Acevedo y Fausta Gantús, se analizan las distintas épocas y ángulos del surgimiento, consolidación y caída de la caricatura crítica y satírica, sus protagonistas, y el impacto que registró en la escena política y social de la década de los veinte hasta la dictadura de Porfirio Díaz. 

Asimismo destacó que entre 1860 y 1870 la caricatura vive un gran dinamismo, que la convierte en género periodístico; sin embargo el autoritarismo, la censura y la represión marcaron el trabajo de editores, escritores y caricaturistas, quienes al plasmar otra visión del mundo, distinta al poder dominante, fueron perseguidos y enfrentaron legislaciones contrarias a las libertades de opinión.

Finalmente los tres participantes lamentaron que en la actualidad los nuevos periódicos no incluyan a las caricaturistas y su trabajo, y que al mismo tiempo no haya interés por preservar el legado de aquellos primeros caricaturistas políticos ni por incluir los cartones en los espacios digitales en internet.

martes, 4 de junio de 2013

LA VIDA EN MEXICO

El libro “La vida en México (1910-2010)”, presentado el 27.05.12 en el Palacio de Bellas Artes, la Ciudad de México (Milenio, 29.05.12) editado por el historiador y periodista Agustín Sánchez González, y recopilando los testimonios de más de 50 autores, incluye una crónica de Elena Poniatowska, la escritora y periodista que es la Vice-Presidenta de Interlitq, sobre el sismo de 1985

lunes, 3 de junio de 2013

Mujeres asesinas

3 ABRIL 2010


Mujeres asesinas!!!

Juan Carlos Aguilar García


“Las mujeres también matan, siempre han matado”. La sentencia es del historiador y periodista Agustín Sánchez González, y abruma no precisamente porque sea una revelación, sino porque, contrario a lo que se piensa, no han sido pocas las mujeres mexicanas que han ocupado las páginas centrales de las revistas policiacas.
Abruma porque si alguien sabe del tema, es precisamente él, quien desde hace varios años se ha dedicado a recuperar y a dar orden a los desconcertantes sucesos que desde el siglo XIX han nutrido la historia de la nota roja de nuestro país; abruma porque no deja margen de error: las mujeres asesinan ¡y de qué modo!
Abruma porque las trágicas historias no son un vago recuento de “algo que sucedió alguna vez”, sino un detallado informe de aquellas vidas colmadas de golpizas y vejaciones. Humillaciones convertidas en crímenes horrendos.
Algunas de las historias que conmocionaron a la sociedad las reunió Sánchez González en el libro “Un dulce sabor a muerte. De la Bejarano a la Miss México, un siglo de mujeres criminales” (Planeta) que pasa revista a los hechos más escabrosos ocurridos a finales del siglo XIX y principios del XX, y que fueron dados a conocer originalmente en publicaciones como “El Imparcial”, “El Popular”, “El Diario”, “El chisme”, “Magazine de Policía”, “Alerta” y ”Manos Arriba”.
Y ahí están, codo a codo, la crónica de los tormentos que Guadalupe Martínez, alias “La Bejarano”, aplicara a diversas niñas en la última década del siglo XIX, y el dantesco crimen de María Teresa Landa (representante de la belleza mexicana en 1928) que asesinó a su marido por infiel.
Y entre una y otra, numerosos casos de “autoviudas” que, cansadas del eterno maltrato por parte de sus maridos, optaron por asesinarlos. Otras más, explica Sánchez, soportaban que las golpearan, siempre y cuando no tocaran a sus hijos. “Se trata del síndrome de Sara García, de ‘mátame a mí pero no te metas con ellos’. Cuando eso no se respetaba, la actitud cambiaba y venía el asesinato”.
Ese fue el caso -recuerda el también autor de “Terribilísimas historias de crímenes y horrores”- de Trinidad Ruiz Mares, bautizada por la prensa como “La tamalera”, quien fuera condenada a 40 años de prisión por matar a su pareja, quien, pese a las advertencias, se atrevió a maltratar a los vástagos. Así que lo asesinó y luego lo mutiló; parte de su cuerpo lo arrojó a un terreno baldío, después fingió demencia… hasta que le fue imposible negar los hechos.
Por supuesto no faltan los crímenes pasionales en los que la razón es cegada por una pesada carga de celos, y al grito sollozante de “¡me engañaste!” entierran el cuchillo o dosifican el veneno en la sopa.
Estas mujeres, las criminales, son también nuestras mujeres. No todas son abnegadas, ni todas están desprovistas de maldad; no obstante (hay que ser justos) tampoco es verdad que las madres sean siempre esas personas sagradas que nadie se atrevería a insultar, mucho menos golpear. Al final, es sólo una reacción al maltrato, una liberación, aunque luego se pase una vida completa tras las rejas…

6 COMENTARIOS:

ROJA dijo...
¡Ah! me encantó, me encantó, me dejo con ganas de saber más de cada una de estás mujeres ¿esto va para Alarma!? ¿seguiras subiendo tus textos? oye y eso del síndrome de Sara García ¿te cae que existe o fue una metáfora? cámara, me gusto mucho
JC dijo...
El texto se publicó en Alarma! y lo del síndrome de Sara García sí fue una metáfora, pero bien podría ser real... Ya sabes: Pégame a mí, pero no toques a mis hijos... jojojo Qué denso!!! JC
roja dijo...
Encontré algo! tal vez te interese la siguiente liga: http://archivomuertoduranking.blogspot.com/ ¿ya la conocias?
Abrazo
JC dijo...
Durante algún tiempo leí y coleccioné la columna "Vidas ejemplares" que se publica en Milenio, sin embargo perdí el encanto cuando me percaté que todo lo sacaba, sin siquiera cambiarle una coma, de un portal de internet. Con todo, seguro que en su blog habrá cosas interesantes!!!
AGUSTIN SANCHEZ GONZALEZ dijo...
Lo de Saran García fue una ocurrencia q se me ocurrió a la hora de la entrevista, no sé si lo había escuchado o era mio, pero quedó muy bien. Gracias por sus notas.
Anónimo dijo...
Este juan carlos aguilar es el asesino de mujeer sde bilbao, ¿el maestro shaolin?

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